Veo la luna irse y el sol salir aparentemente feliz.
Veo flores y luces aparecerse,
así como caras relucientes y resplandecientes,
que te llaman una ves mas hacia un horizonte turbio e incontrolable,
donde no puedes renunciar a nada y donde tu corazón vale mucho más
que mil pedazos de petalos rotos y papeles
caidos alguna tarde cálida como el sol.
Las cosas son como son y no son como son,
recuerdos.
El olvido
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